Generación Z: el primer consumo no generalista

Nacidos entre mediados de los 90 y principios de los 2000, la Generación Z se ha perfilado como una nueva protagonista para las marcas y empresas de todo el mundo.

Su juventud, dinamismo, alma 100% digital y también su nivel de exigencia frente a las marcas está rompiendo los esquemas establecidos desde hacía años y liderando un nuevo tipo de consumo: el no generalista

Hoy explicaremos cómo la Generación Z ha revolucionado la forma en que consumimos y cómo las marcas han tenido que cambiar para adaptarse a este nuevo paradigma.

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Individualidad y autenticidad por bandera  

 

La Generación Z ha crecido en un mundo hiperconectado y globalizado, lo que ha moldeado su visión del consumo de manera única.

A diferencia de las generaciones anteriores, estos jóvenes ya no se sienten atraídos por los mensajes publicitarios tradicionales que buscan atraer a un público masivo y que llegan desde canales como la televisión o la radio.

En cambio, buscan la individualidad y la autenticidad en las marcas que eligen. Quieren productos y servicios que reflejen su identidad única y les permitan destacarse del resto reflejando su personalidad en la de la marca.

Además, no consumen medios tradicionales, sino que reciben a estas marcas a través de Internet y las redes sociales, lugares donde siempre defenderán sus ideales y donde, en caso de estar de acuerdo con la marca, darán su opinión.

Por tanto, las empresas deben adaptarse a esta demanda, creando propuestas personalizadas y enfocadas en la experiencia individual de cada consumidor ya que solo así, podrán satisfacer este nuevo perfil de consumidor.

Valores y propósito para conquistar el corazón Centennial

La Generación Z en su mayoría, destaca por preocuparse y apoyar los problemas sociales y medioambientales.

Son una generación empática y consciente de la importancia de contribuir a un mundo mejor, tal como demuestran numerosos estudios donde el compromiso de la Generación Z con estas causas supera a cualquier otra generación.

Por esta razón, el consumo no generalista se enfoca en marcas que comparten sus valores y tienen un propósito más allá de la simple venta de productos.

Las empresas que abrazan causas sociales y ambientales, y que demuestran un compromiso genuino con ellas, son las que capturan la atención y la lealtad de esta generación.

No solo eso, esta actitud comprometida de las marcas se traduce en una influencia positiva en el valor de la marca ante la sociedad y en la actitud del público ante esa marca.

Para las marcas, esto significa asumir la responsabilidad de ser agentes de cambio y mostrar transparencia en sus prácticas.

Influencia digital y co-creación: implicando al usuario

La Generación Z es conocida como la primera generación nacida como nativa digital ya que han crecido con la tecnología a su alcance en todo momento.

La llegada de las redes sociales les ha permitido no solo estar conectados, sino también tener una voz poderosa en la toma de decisiones de las empresas, que utilizan también estas redes para conocer las tendencias, opiniones y puntos de vista de sus públicos.

La influencia digital se ha convertido por tanto en un aspecto clave en el consumo no generalista de esta generación tan exigente.

Así, la digitalización ha fomentado que las marcas más exitosas comiencen a dar voz y fuerza al usuario también durante el desarrollo de productos y servicios.

Este fenómeno de co-creación es una herramienta muy potente para cualquier marca, implicando al usuario y logrando que estos tengan una mejor imagen de ellos y que además actúen frecuentemente como embajadores de marca voluntarios en un entorno digital donde el boca a boca tiene una enorme fuerza.

Las marcas deben comprender la importancia de involucrar a los consumidores en la creación de productos y servicios, fomentando la co-creación y brindando un espacio para que los usuarios se conviertan en embajadores de la marca.

Experiencias por encima de productos

Para la Generación Z, la experiencia es más importante que el producto en sí. Estos jóvenes valoran las experiencias auténticas y significativas que pueden compartir con amigos y familiares.

Por esto, se debe trabajar para ofrecer experiencias memorables en cada parte del proceso de compra, lo que se convertirá en atención y lealtad a la marca. 

Las marcas que logran crear experiencias memorables son las que capturan su atención y lealtad.

Desde eventos exclusivos hasta colaboraciones con artistas o influencers, las empresas deben buscar formas de ofrecer a esta generación algo más que un producto o servicio

En definitiva, la Generación Z ha llevado el consumo a un nivel completamente nuevo: el consumo no generalista. 

Una búsqueda constante de productos y marcas que no sólo satisfacen una necesidad, sino que fomentan su individualidad, destacan por autenticidad y persiguen un propósito más grande que el de la simple venta de productos y servicios.

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